La calma nos permite concentrarnos, favorece la atención. El bote de la calma contribuye al autodominio que mejora la autoestima y es también una herramienta adecuada como prevención de las rabietas y también como juego ofertado para salir de los peores momentos, claro que entendemos que en el momento álgido de una buena rabieta el bote introducido sin más puede tener un efecto contrario al deseado. Vamos a concretar.
Si estamos utilizando el bote como juego para tomar consciencia del estado tranquilo y de calma, podemos jugar con él y valorar lo bien que nos sentimos cuando nos relajamos mirándolo, como se explica en la entrada de la respiración, la purpurina se va depositando lentamente, como nuestros pensamientos que se van relajando y podemos ver con más nitidez.
Jugando con el bote de la calma podemos explicar esta tranquilidad a nuestros niños y recordar que cuando nos enfadamos "tenemos tanta purpurina en el bote" que no podemos pararnos a atender y no podemos pararnos a escuchar. Por eso puede ser buena idea usar el bote de la calma cuando tenemos una rabieta, para conseguir "que la purpurina del bote se vaya frenando" para poder pensar y encontrar soluciones a nuestros problemas.
Cuánto más entrenada esté la calma, mayores posibilidades de autocontrol, más posibilidades de afrontar la etapa de los "NO" con respeto al desarrollo de la identidad del niño y con menos situaciones de alta intensidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario