Uno de los favoritos es el Pollo Pepe, pero todos los cuentos blanditos, de cartoné con páginas fáciles de manipular empiezan desde antes del año a formar parte de los objetos que los niños y las niñas manipulan, los aprendizajes que se adquieren son importantes, coger el libro encontrando la portada, pasar las páginas, reconocer el orden de la historia, aprendizajes que van convirtiendo a los pequeños en lectores.
Para que al llegar a los tres años, cuando nos dicen en la escuela "Yo soy pequeño no se leer" la maestra le pueda reconocer todos los aprendizajes que ya domina sobre la lectura, "Tienes tres años, no sabes leer las historias como las leen los niños de cinco años y como las leemos los mayores, pero ¿A que si puedes leer un cuento en el rincón de biblioteca? y claro que pueden con tres años ya serán capaces en la mayor parte de los casos de tomar el libro y recorriendo sus páginas intuir una historia y producir una narración. Además también pueden imaginar un título para la historia y muchos niños y niñas incluso aproximan con acierto el lugar donde está escrito ese título.
Son aprendizajes que en nuestra sociedad están tan generalizados que en ocasiones nos olvidamos de valorar.
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